martes, 26 de abril de 2011

SEGUMOS CON LA OBSERVACION

Esta cuarta semana, seguimos trabajando uno de los conceptos que comenzamos a trabajar la semana anterior: la observación.
La primera sesión de la semana, la del martes, la comenzamos haciendo una pequeña dinámica. Formamos pequeños grupos y comentamos que era lo que habíamos observado desde que nos habíamos levantado. Yo comenté que no había observado nada en especial. Lo único que me había llamado la atención de lo observado era que esa mañana había habido mucha gente en el autobús (más de lo habitual) y que muchas de esas personas no se me hacían conocidas.
Después de realizar esta pequeña dinámica, Iñaki comenzó la explicación. Nos explicó que había dos tipos de observación: la externa, lo que cada persona observa respecto a los demás y al entorno y la interna, como se observa cada persona a sí misma. Al explicar esto, me di cuenta que yo no había tenido en cuenta la observación interna a la hora de realizar la dinámica anterior. Aún así, es importante observar cómo nos sentimos nosotros mismos puesto que como educadores sociales vamos a intervenir en hábitos y costumbres.    
·         ¿Qué es lo que me cuento cuando observo?
Desde el punto de vista educativo, la observación nos tiene que ayudar a dar coherencia a lo que queremos llevar a cabo.
·         ¿Por qué actuamos como lo hacemos?
Los resultados que obtenemos en cualquier dominio de la vida dependen de las acciones que somos o no capaces de acometer.
Estas acciones, es decir, la forma como actuamos, dependen del tipo de observador que seamos; dicho de otra manera, dependen de la forma en la que damos sentido a lo que sucede. Por eso, muchas veces, las personas con dificultad o en situación de vulnerabilidad son observadores que no dan sentido o coherencia a las cosas.
Otro aspecto que tratamos fue el de la noción del observador. Es necesario distinguir el fenómeno de su explicación; es decir, tenemos que distinguir los hechos de las explicaciones. Puesto que la explicación no pertenece al fenómeno o hecho, pertenece al observador. Cuando observamos los hechos, tenemos la necesidad de explicarlos; puesto que tenemos la necesidad de explicarnos el porqué de las cosas. La idea de distinguir los hechos de las explicaciones, opiniones o juicios  ya la habíamos trabajado en otra asignatura. Esta idea de distinguir los hechos de las explicaciones me gusto especialmente y me hizo reflexionar sobre un fragmento de un musical. El verano pasado, fui a ver el musical de “Chicago” y al comentar esta idea en clase me vino a la cabeza una canción del musical titulada “el tango del pabellón”. Esta canción cuenta los asesinatos que cometieron siete mujeres que se encuentran en prisión. Una de ellas había matado a su marido. Ella en la canción dice que estaba en la cocina, cogió el cuchillo para defenderse por si el marido intentaba pegarla y de repente el marido se abalanzo sobre ella; se abalanzo sobre ella diez veces. El hecho era que habían encontrado al marido muerto. Los forenses dijeron que murió apuñalado, pero ella dice que fue él quien se abalanzo sobre ella. En este ejemplo creo que se puede distinguir el hecho (el hombre que aparece muerto) de los juicios o explicaciones (la mujer dice que fue el marido el que se abalanzo sobre ella y el forense, en cambio, basándose en razones fundamentadas dice que murió apuñalado).
También tratamos la conexión entre el observador y la realidad. Los educadores sociales tenemos que intervenir dependiendo de estos tres elementos: el lenguaje  (o la comunicación verbal), la corporalidad (o la comunicación no verbal) y la emocionalidad (o los sentimientos). Para poder intervenir adecuadamente, es importante saber observar estos tres elementos. Estos tres elementos o dominios no son independientes, están interconectados. Relacionado con esta idea, tratamos los tres dominios primarios del observador: el cuerpo, el lenguaje y la emocionalidad.

La forma como vemos las cosas es sólo la forma como las vemos. Y la forma como vemos las cosas tiene relación con el tipo particular de observador que somos. Pero nada nos permite decir como son las cosas. Somos observadores diferentes y sólo podemos intervenir en aquello que observamos.   
La segunda sesión de la semana, la comenzamos viendo un video en el que pudimos ver la importancia que tiene la observación. El video era el siguiente:

En el video se puede observar como el niño que es autista, se comunica y expresa sus emociones mediante la música; en este caso, tocando el banjo. Por eso, como llevamos trabajando las últimas semanas, podemos comunicarnos de muchas maneras; sin que lo tengamos que hacer necesariamente de manera verbal. En este caso concreto, mediante la música. También podemos ver como la observación nos puede llevar a la participación. En el video se ve como el observar a las dos personas que están tocando el banjo hace que las demás personas también se pongan a bailar, a silbar… Así, podríamos decir que el ambiente que se crea es el resultado del trabajo en grupo. Al final del video, se puede observar como el guitarrista le va a dar la mano al niño y él no le hace ni caso; se ha vuelto a ir a su mundo.  
Después hicimos una actividad para seguir trabajando el tema de la observación. Se trataba de contar lo que habíamos observado desde que nos habíamos levantado. Primero lo hicimos en parejas y luego en grupos de cuatro personas. Cuando concluimos comentamos que cuando observamos no nos damos cuenta de que nosotros también estamos siendo observados al mismo tiempo. Tenemos que ser conscientes de que nos están observando y en función de eso, decidir el modelo de educación y de comunicación que tenemos que llevar a cabo.
Comentamos también los obstáculos que podemos encontrar en el proceso de aprendizaje. Podríamos decir que podemos encontrar tres áreas: la ceguera cognitiva, lo que no se que no se (es mejor admitir lo que no se sabe para facilitar el proceso); la emocionalidad puede llevar a la arrogancia, lo que se que se (tendemos a interpretar y por eso atribuimos a los grupos características que algunos individuos tienen y que destacan); y pensar que se sabe todo, lo que no se que se (abocados al fracaso). La sorpresa facilita el aprendizaje; el que las cosas no sean más de lo mismo hace que nos llamen más la atención y en consecuencia que facilite el proceso de aprendizaje.
Para finalizar con la sesión, un grupo hizo la presentación del texto Modelos de educación y Modelos de comunicación. La presentación fue bastante amena puesto que nos animaron a participar durante la presentación. En el texto se dice que cada tipo de educación corresponde a una determinada concepción y a una determinada práctica de la comunicación. Se presentan tres modelos de educación y comunicación:
-          La educación que pone el énfasis en los contenidos: Modelo Exógeno (educación=objeto). Se trataría de la educación tradicional que se basa en la transmisión de los contenidos y valores del profesorado al alumno. De esta manera, el profesor=el que sabe y el alumno=el que no sabe, el ignorante. Así, la comunicación sería autoritaria o vertical, y el emisor sería el protagonista de la comunicación.
-          La educación que pone el énfasis en los efectos: Modelo Exógeno (educación=objeto). Consistiría en moldear la conducta de las personas para lograr los objetivos previamente establecidos. El objetivo, sería conseguir un cambio de actitudes. Además, plantea una comunicación con retroalimentación por parte del destinatario.  
-          La educación que pone el énfasis en el proceso: Modelo Endógeno (educación=sujeto). Destaca la importancia del proceso de transformación de la persona y las comunidades. También se preocupa de la interacción dialéctica entre las personas y su realidad.     

1 comentario:

  1. Hola Amaia,

    Creo que reflejas bien con el ejemplo del musical "Chicago", las diferencias entre hechos y explicaciones. Lo has entendido bien.

    En cuanto a la observación, he tratado de insistir en la misma, pues, constituye una de las herramientas metodológicas más importantes que disponemos. Pero, atención, la observación debe diferenciar, también, entre los juicios que nos hacemos y los hechos que observamos.

    Importante fijarse en los pequeños detalles.

    Saludos

    Iñaki

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